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¿Qué Tal si deja un comentario?

Estimados lectores...


Debido la pandemia que nos está acorralando en nuestros hogares, para diesmar su efecto, hemos decidido poner uno o dos posteos diarios, aunque más no sea, para tratar de hacer pasar un buen rato, en medio del factible aburrimiento de estar en casa las 24 horas.
La idea es que el hecho de bajar y ponerse a escuchar el disco, nos de la posibilidad de pasarla lo mejor posible.
Solo pido un favor, sea del país que sea el lector que llegue: "No salga, cumpla con el pedido de cada gobierno y respete las reglas para salir de ésta pandemia"
Gracias y disfruten de nuestro Tango.
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Chau negro

31 de mayo de 2010


Década del 70, la más difícil para trascender como cantor de tangos.
Y le tocó vivirla a Rubén Juárez.
Y aunque tuvo la surte de tropezar con Horacio Quintana, Tito para nosotros, creo que no alcanzó para zafar de la realidad que le proponía una Argentina conflictiva y en constante movimiento progresista. Movimiento que lideraba el sueño de una revolución intelectual y política que se llevó por delante todo y que solo se dejó acompañar con el Rock Nacional, algo de Folklore y cuasi un desprecio por el Tango.
“Mirá, hacer una nota para mí, es como enfrentar una cancha llena que está pidiendo que me maten. Es difícil, porque el tipo que se me arrima para hacerme una nota, es alguien que viene del tango, que sabe, que lo ama y que tiene mis antecedentes, por lo cual, que se puede decir de original e interesante ante un tipo así”, me decía cada vez que lo encaraba para hacer una nota.
Tal vez, la insistencia del Negro Julio Gutiérrez Martín para que nos diera una nota, hacía el milagro de atendernos. No era El Negro de hoy, recién empezaba, pero ya pintaba para ser “el sucesor de Julio Sosa”. Porque nosotros somos así, nos desesperamos por encontrar quién nos siga liderando, aún en la equivocación y eso le reventaba, lo volvía loco. Él sabía que le sobraba piné para ser Rubén Juárez y basta.
“Yo voy a Buenos Aires y los tipos de cincuenta o sesenta años me dicen que soy el sucesor de Julio Sosa. Yo lo admiré, era un Dios para mí… Pero ser el sucesor, es una locura de la gente. Jamás pensaría eso. Noooo, no soy loco para eso. Julio fue único como Gardel. Yo quiero ver si puedo ser yo en todo y para eso trabajo, ensayo, aprendo, escucho y miro”.
Y lo logró.
Copó lugares imposibles de pensar que aquel pibe pintón, con voz de macho y tocando un fueye, cosa rarísima, hacía pata ancha en la elite del tango, pocos y casi inaxecibles.
Logró lo impensado, hacer que los tradicionalistas lo aceptaran, que los pibes giraran sus cabezas y oídos, a ese tipo que sonaba distinto a los cantores que escuchaban sus padres. Tenía gancho (ahora le dicen ángel), pinta, calidad interpretativa y una gran ubicación. Jamás supe de una metida de pata en un escenario por procaz, mal educado o por un gesto desubicado. Era un buen tipo, lleno de esperanzas, de proyectos y con una cabeza que funcionaba a mil. Un día me confesó que tenía en mente “para cantar ya”, más de mil letras.
“Le di Don Carlos de Buenos Aires a Tito, suponte un miércoles y le pedí que tratara que la cantara Rubén. El sábado Tito me llama y me dice que Rubén entraba el martes al estudio para grabarlo con Grela. Yo no podía creer. Que pedazo de loco, había aprendido la letra y ensayado el tema en cuatro días. Bueno, pobre, se tenía que aguantar a Tito que es medio milico con ese tema de la responsabilidad artística, si no, pregúntale a mi sobrino. Aunque Dany ya no le da bolilla”, contaba el Negro Gutiérrez Martín, mientras los cafés seguían siendo parte del paisaje de una mesa que juro, jamás hubiera querido dejar.
Y después, lejos, muy lejos.
Armó su familia, vinieron los cachorros, los contratos y ya Teodelina, Venado Tuerto y la zona, dejó de ver en peñas y reuniones de amigos al Negro.
La fama, llegó y se quedó. Porque el Negro, aunque le aflojara el trabajo, siempre para la gente era El Negro.
Garello, García, Portier, Grela…
“Son tipos capísimos y me acompañan a mí, loco… a mí. Imaginate el negrito cordobés con esos monstruos atrás, jajajajaja”, reía como un chico. Porque era un chico. Podía ofenderse con alguien, pero a los dos segundos, ya estaba arriba tuyo abrazándote y haciéndote una broma.
Yo, estaba preparando su visita a Casilda, para que actuara… pero la verdad, poder verlo y charlarnos todo, era la verdadera estrategia.
Que lo parió, se fue en silencio, calladito.
Ésta, también la hizo a su manera: Por eso fue grande.
Ahora comenzará prontito a ensayar lo que allí escriba el Negro Julio Gutiérrez Martín.
Que el prado de la felicidad los contenga a los dos, hombres que quise y admiré.
Y no te digo hasta siempre, porque siempre estarás volviendo a nosotros.


PD:

Y por favor no me vengan a joder con que el Tango está de duelo.
El tango está orgulloso, porque ahora tiene un integrante más de la orquesta celestial.


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Tango - Francisco Lomuto - San Telmo - 1931- 1941

27 de mayo de 2010


No tengo claro la fecha justa, pero me suena que éste material, apareció allí por la década del noventa. La RCA, puso a disposición de los millones de ávidos tangueros la serie que denominó: Tango de ayer.
En una de ellas, aparece este excelente material de Francisco Lomuto recuperado con mucha calidad y mejor sonido.
Allí, podemos escuchar claramente a Fernando Díaz, un cantor al que los puristas y coleccionistas, le dan una importancia muy considerada. Para ellos, Díaz está a la altura de Magaldi, Corsini, Fiorentino, Palacios…
Y cuando uno se pone a escuchar este LP, descubre que la voz y entonación de Díaz, son realmente para tener en cuenta y adjudicarle la importancia que se merece.
Un consejo, no deje de conseguir este LP, vale la pena por su sonido, calidad de interpretación y para poder volver a escuchar a Díaz, Jorge Omar y Mercedes Simone.



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Tango- Ada Falcón - Tus besos fueron míos

18 de mayo de 2010


Eloy Biancardi, desde el sur de Brasil, y a través de su hijo y tocayo Eloy, nos acerca un material muy bueno de Ada Falcón (y algo de Sarralde). Y no solo digo bueno por el material, los temas en sí, si no, porque técnicamente es muy audibles y con calidad para apreciar el talento y cualidades de esta maravillosa cancionista argentina.
Eloy, para quienes no lo conocen, es aquel que publicaba poemas criollos como El Caminante de la Pampa, los vendía en los colectivos y trenes de Buenos Aires, hasta que un problema de salud lo hizo resguardarse junto a sus dos hijos en Brasil.
Hoy, nuestro amigo con sus florecientes 73 años, sigue escribiendo y su público, ahora, son ocho nietos, su esposa y amigos, pero ya no vende sus escritos. Según nos cuenta en un correo que nos alegra mucho haber recibido.
Seguramente Eloy hijo, dueño de un estudio de grabación debió retocarlos, pues estan en magníficas condiciones.




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Tango - Carlos Dante - Alfre De Angelis - Vol. 2


Poco y nada ya podrían decir los verdaderos estudiosos del Tango, imagine entonces que le queda por agregar a un simple y modesto encontrador de cosas e intermediador entre el artista y vosotros.
Solo puedo decir, con placer y agradecimiento, que esta orquesta fue, y es, una de las grandes formaciones que defendió su estilo y postura ante la entrega, con insistencia, pulcritud y muchas ganas.
Lo hizo a lo largo de su momento más festejado de éxito y cuando hizo su retorno, no tan feliz, en la década del 80.
Su característica de inminentemente bailable, no se perdió, aún cuando la fama de su dupla de canto casi superó la fama del director y la orquesta.
La puesta de la orquesta no difirió, no creo que por falta de originalidad, si no, creo, por un convencimiento del director y la mayoría de los integrantes. Pudo cambiar el sonido y adaptar esa masificación de sonido, a las nuevas modalidades del sonido, pero aún en la década del 80, se sostuvo la filosofía que había llevado a director y orquesta a un éxito rotundo por más de treinta años.
Un cantor sólido y sin tanta bambolla como Carlos Dante, aportó su toque de calidad y ángel a una orquesta que logró ubicarlo en el lugar y momento justo. Y él supo apoyarlo con prestancia, trabajo y contracción.
Por ellos y por los que no descartamos nada de lo que fue nuestra música, más allá de calidades, cualidades e instancias sociales y nos remitimos a proponer cosas para que a gusto y placer de cada uno, determine si lo baja o no para escucharlos, es que acercamos este segundo disco de los dos.




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Tango - Dalva de Oliveira - Canta Tangos

14 de mayo de 2010


Vicentina de Paula Oliveira, conocida como Dalva de Oliveira, nació en Rió Claro, el 5 de mayo de 1917 y falleció en Rió de Janeiro, 30 de agosto de 1972.
Fue una personalidad extrovertida por momentos y muy cauta, en otros. Hija de un carpintero y una productora fanática de la música, siempre estuvo ligada a la actividad creativa.
Cómo llega Dalva a grabar tangos con Canaro?
La artista brasileña, ya era dueña de la samba-canción, una modalidad muy conocida y difundida desde el 30, años más años menos, hasta las postrimerías de la década del 60, en que encuentra en el mismo nivel de popularidad a Dalva y Maysa Matarasso.
Dalva, se había ganado todo, incluso, un concurso de belleza y talento de las radios de Brasil. Había grabado con el Trío de Oro algunos boleros, sambas y canciones cariocas, que le granjeaban el cariño y admiración de la gente.
Mientras su imagen era dueña de lo mejor de Brasil, llegaba a su país, una formación de los hermanos Canaro que despertó una gran admiración en el pueblo brasileño. Ya había en ese país, cantores que hacían algunos tangos en sus presentaciones, y algunos de esos tangos, habían llegado a oídos de Dalva. Sin embargo, sus rieles de artistas, la llevaban por lo que mejor hacía, cantar aquellas sambas-canciones.
Canaro, hábil si los había en la época, pensó en el gran negocio de venta y presencia que lograría, si semejante estrella grabara con él. No fue fácil la cosa, hubo de pasar bastante tiempo, hasta que Dalva, que ya hacía algunos tangos en sus presentaciones, se animara a grabar un LP completo con ellos. Para ello, eligió a la orquesta de un músico de su confianza (Lyrio Panicalli) y convenio de grabadoras de por medio, aceptó grabar con Canaro, también un larga duración, hacer presentaciones en fiestas y participar de radio y TV en la Argentina.
Su muerte en el año 72, no hizo decaer su imagen, debieron aparecer muchos y buenos artistas, para lograr aplacar la aplastante fama de Dalva entre los brasileños.
Hoy, es una cantante de estudio permanente, porque más allá de sus cualidades y simpatía, había logrado lo que nadie pudo lograr, conjugar buenas canciones, grandes éxitos y una vida complicada pero respetuosa.
Algunas de esas recreaciones están en este recuento de La Nova Botica.


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Tango - Rodolfo Biagi - Hugo Duval

12 de mayo de 2010



Veamos, cómo hago para explicar algo simple para que aquellos que no les gusta Rodolfo Biagi, lo escuchen con atención y concuerden conmigo. Allí voy con toda la esperanza de lograr el cometido. Rodolfo Biagi, es uno de los recreadores del modelo rítmico de la orquesta de Juan D’Arienzo, escuela que siguió tras su lanzamiento como director. Por aquellas formaciones de Biagi, pasaron voces inolvidables de nuestra música popular. Algunas de ellas –para ejemplificar- Jorge Ortiz, Carlos Acuña, Alberto Amor, Teofilo Ibáñez y hasta el mismísimo Antonio Buglione. Pero, hay una voz que me cautivo siendo yo muy chico. En un programa que mis padres escuchaban en la vieja radio a válvulas, era la de un tipo que sin alharacas y con una ternura sin igual, se plantaba ante la orquesta y la disminuía con su interpretación: Hugo Duval. Figura en muy pocas selecciones de los grandes de nuestro Tango, sin embargo, su voz está presente en mi memoria desde aquellos seis o siete años, en que disfrutaba al mediodía, pucherito de por medio, aquellos quince o veinte minutos con la voz señalada. Su timbre que no es para aquellos que disfrutan de lo rante y bien macho, pero sí, tiene una suerte de cadencia fina y llena de colores, tan simples y locuaces como los de Ángel Vargas, por ejemplo. No fue muy propenso a aparecer en diarios y revistas, pero su paso por los últimos registros de Rodolfo Biagi, dejó una impronta difícil de olvidar para aquellos que quedamos prendados de su voz y forma de interpretar, en una orquesta complicada y llena de golpes de piano. En los años sesenta, muy difíciles para el tango, pese a ser tentado a seguir su carrera como solista, Duval permaneció con el maestro hasta su última actuación, el 2 de agosto de 1969, en el baile realizado en el Club Hurlingham, de la Provincia de Buenos Aires, un mes antes que falleciera Biagi. Luego, su camino tuvo una senda difícil y se convirtió en un cantor de homenajes y reuniones muy especiales. Sus últimos trabajos discográficos fueron con el Trío Yumba, los que no tuvieron la misma suerte que aquellos grabados con Rodolfo Biagi. Había nacido el 13 de diciembre de 1928, en Buenos Aires y falleció el 22 de agosto de 2003. Espero haber logrado el interés de aquellos que no les gusta la orquesta, para que saboreen la voz de Duval. Y para aquellos que no escucharon o nunca le prestaron atención, encuentren una voz notable, cuasi en medio del olvido.


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Tango - Anibal Troilo - Jorge Casal

7 de mayo de 2010


Jorge Casal, en realidad Salvador Carmelo Pappalardo, estuvo con Troilo desde 1950, cuando se va de la orquesta de Sassone, hasta 1955.
Y aunque en ese tiempo el gordo no grabó demasiado, logro dejar una serie de éxitos recordables e incunables.
Los cosos de al lao, La cantina, Mi vieja viola…
Material que encontraran en este CD y que les permitirá – a quién no lo escucharon antes- descubrir un cantor con una personalidad arrollante y una voz que se adaptó al texto en forma magnífica. Marcó un hito por su versatilidad en la interpretación, pero también por ser –para mí- el cantor que con Raúl Berón, le encontraron la vuelta a la musicalidad de la orquesta de Aníbal Troilo.
Fueron los dos cantores que en vez de basar su interpretación en el sonido orquestal, desafiaron esas ampulosas orquestaciones, para superarla con los agudos y declamatorias, de tal manera, que no los agobiara tremendo sonido y orquestación.
Un poco a lo que apunto, es la sensación que dejó entrever en algunas entregas el mismísimo Fiorentino, por ejemplo, que en circunstancia o en tangos que cantó por obligación (Tabaco, cito uno) la orquesta supera la interpretación y por momentos pierde presencia.
Eso también habla clarísimo de la calidad que hubieron de enfrentar y salir airosos –con otros argumentos interpretativos- Goyeneche, Ruiz, Reyes, Marino, Rufino, Vázquez, incluso, Pablo Lozano.
Más allá de mi opinión, que considero más gustativa que técnica, el paso de éste cantor por las orquestas de Troilo y Sassone, fueron momentos muy importantes en la historia de nuestro tango.
Luego Casal, comenzó con su carrera como solista con las guitarras de Roberto Grela, y la más conocida, su etapa con la orquesta de Argentino Galván.
Hay también por allí unas grabaciones que no pude conseguir datos, pero me suena mucho al sexteto de Eduardo Del Piano.
Cosa increíble, tuve la posibilidad de hacerle una nota a comienzos del 90, merced a la gentileza de Horacio Casares, el último cantor de Di Sarli y aunque estuve con él varios minutos, me olvidé por completo de preguntarle por ese acompañamiento.
Participo de tres películas: Vida nocturna (1955), El cartero (1954) y Al compás de tu mentira (1950)
Por último, Jorge Casal nació el 14 de enero de 1924 y falleció el 25 de junio de 1996.

Aviso:

En realidad, lo que usted bajará aquí, no es otra cosa que un rejunte que me enviara hace un año mi amigo José Tarditti.
Pero la personalidades que involucra, bien vale armar un CD para que lo disfrute tanto como lo hacemos José y yo.


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Tango - Eduardo Rovira - Que lo paren

6 de mayo de 2010

Eduardo Rovira era un tipo serio, muy serio dentro del ambiente del tango. Cuando digo serio, hablo de un hombre comprometido con lo que hacía, al punto de abandonar muchas cosas para terminar un trabajo.
Su tenacidad, sin embargo, no alcanzó para hacer girar las cabezas de las grabadoras y de colegas para reconocerle la calidad como compositor. De todas maneras, las disculpas para las grabadoras es mucho más fácil de conseguir, pues creo que Eduardo, no sería negocio.
Esto me lo decía Héctor Ernié, antes de irme del país.
Ahora, los colegas… Nunca se dieron cuenta el talento que había en ese bandoneonísta?
Querido alemán, yo pude verlo dos o tres veces tocando. La primera vez, con un trío y la segunda, con un quinteto. En el primer caso, utilizó una guitarra de base, que no se destacaba, si no, que era un instrumento dispuesto para acompañar. Los arreglos estaban hechos para lucimiento del bandoneón y el contrabajo. Bueno, ni hablar lo que fue con el quinteto, un espectáculo. No podía creer, que un músico de esa calidad estuviera tan desperdiciado en el país.
Antes de volver a España, fuimos a verlo con Alterio, Puccio (el pianista que te presente) y mi esposa,
cuando se enteró que estábamos nosotros, mandó a buscar un disco que firmó y me regaló. No pude volver a verlo tocar, después supe que había muerto y que su hija –creo- es la que sigue una lucha sin cuartel, para que se reconozca definitivamente, no solo el talento de su padre, si no, que se respete su obra….
Este párrafo que antecede, es un intercambio de opiniones y mensajes con Eduardo Soria, el locutor y Periodista que durante muchos años, hizo espectáculos de tango y oficio de intermediario, entre los artistas argentinos y los países europeos.
Rovira, fue un caso –como muchos- especial y factible de destacar, con un serio reconocimiento que deje definitivamente en el lugar que se merece. Se que es difícil y que desde este blog, no conseguiremos otra cosa que ser uno más en las cadenas de lamentos por las injusticias.
Sin embargo, debemos alguna vez conseguir una cadena de firmas, solicitudes y exigencias, que permita que aunque tardío y con la presión de la gente, ciertos artistas tengan su reconocimiento. No solo con una placa o su nombre impuesto a una calle, sala de estudio o tea
tro. Creo firmemente, que una personalidad como la de Eduardo Rovira, debería hacérsele como reconocimiento, una recopilación de sus temas en dos o tres álbumes, editar una reseña seria de su obra, acompañarla de un análisis técnico y reivindicarlo ante un público que se negó a reconocerlo; y que cada uno de aquellos que lo admirábamos, tengamos con mejor sonido y calidad, música que se grabara con demasiados esfuerzos y pocos equipos.





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